Desde antiguo se ha festejado en Orcera la Candelaria, festividad religiosa en la que se conmemora la presentación de Jesús en el Templo y la purificación de María, siguiendo los preceptos de la ley judaica. Ese día los orcereños se desplazan hasta el paraje denominado como el Convento, lugar donde estuviera ubicado el monasterio franciscano dedicado a Nuestra Señora de la Peña.

En la memoria quedan otras celebraciones previas a la Candelaria, como era la festividad de San Antón, a quien se le encendían hogueras y se le pedía la bendición para los animales domésticos. De igual forma quedan en el recuerdo las actividades que organizaba la antigua cofradía de Ánimas para preludiar la Navidad, como las llamadas misas de los gozos, que tenían lugar durante los nueve días previos a la misa del gallo –el 24 de diciembre– y en las que ya se entonaban y preparaban los villancicos.

No menos curiosa es la costumbre que se lleva a cabo en Semana Santa, por la cual la escuadra de romanos que escolta a Jesús Nazareno impide en la procesión, junto al “álamo gordo'', a la Virgen de la Soledad que se acerque a la imagen que custodian. Un niño vestido de ángel recitará entonces unos versos conminando a los soldados romanos a que depongan su actitud, so pena de romperles las lanzas, aunque fueran de acero, si no permiten tal encuentro.

Desde mediado el siglo XX, los agricultores orcereños han llevado el 15 de mayo a San Isidro en romería hasta el paraje conocido como Armurjo. Es ya una tradición el que ese día se reparta y consuma “cuerva”, nombre que recibe un combinado de vino, más o menos rebajado con agua, endulzado con azúcar y frutas frescas o secas.

El 15 de agosto, y los días previos, se celebran las fiestas dedicadas a la patrona, Nuestra Señora de la Asunción, en las que tienen lugar unos muy tradicionales encierros de vaquillas.

Dentro de este apartado etnológico no podemos dejar de mencionar los denominados “bolos serranos”, juego autóctono de la comarca de la Sierra de Segura. En Orcera en el año 1969 se celebró el I Campeonato Comarcal, siendo así la pionera del resurgir de este juego casi perdido, aunque todavía se jugaba aisladamente en algunos puntos de la zona, caso de Río Madera. En la actualidad se vienen celebrando unos 40 campeonatos cada año en distintos puntos de la Sierra de Segura.

Posee además Orcera y su comarca uno de los cancioneros más extensos de la provincia, conservados a través de generaciones, que denotan el espíritu alegre y festivo de sus habitantes. Los bailes se iniciaban con mazurcas, valses corridos y polcas, para calentar los instrumentos e iniciar los primeros pasos con estos temas sólo instrumentales, pasando a continuación a la “malagueña serrana”, donde las coplas de amoríos y sentimientos serranos dan paso a los bailaores con variantes de baile suelto y “agarrao”. La música de las malagueñas es bellísima, dejando los estribillos instrumentales para el lucimiento de los tocaores. Cuando la fiesta se encuentra bien avanzada y la cuerva y el vino han hecho arraigo, se interpreta la “jota del remeneo”, llamada así por su aire muy alegre y movido. Es además en Orcera donde las “toreras”, una modalidad de seguidilla, adquieren su rango propio. Se bailan en grupos de a cuatro, siendo sólo un cantaor y una guitarra los que interpretan las sentidas coplas de amoríos y añoranzas del serrano.

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